¿Medicinas alternativas o alternativas a la medicina?

Por muy parecido que suene, no es lo mismo una alternativa a la medicina y una medicina alternativa. Un simple cambio en el orden de las palabras puede significar en este caso un enorme cambio en el significado, que podría resultar en la diferencia entre un mal y un buen resultado.

Las alternativas a la medicina son aquellos métodos o terapias que no se incluyen dentro del aprendizaje de la medicina convencional y, por lo tanto, no están probados por el método científico.

Un ejemplo hipotético sería el de un enfermo el cual sufre un cáncer de estómago y decide evadir los hospitales y su largas listas de espera para curarse mediante la nueva "medicina" de Hamer; un método que asegura que la causa del cáncer tiene origen emocional y por ello, una dieta correcta y un tratamiento psicológico son suficientes para curarlo. Sin embargo, por muy grande que sea su convencimiento, conviene recordar que no existe ninguna prueba que esta teoría pueda tener éxito.

Por otro lado, la medicina alternativa es aquella que se lleva a cabo para hacer frente a anomalías y complicaciones, que sí ha sido probada por la ciencia y por consecuente, es considerada medicina plenamente. El ejemplo nombrado anteriormente se puede adaptar a este caso. Dicho enfermo de cáncer puede acudir a un hospital donde los tratamientos para el cáncer no parecen producir ningún avance hacia la salud. Entonces, se recurre a la medicina alternativa. La parte afectada del estómago sería extirpada mediante cirugía y con el correcto procedimiento médico a continuación el paciente sería capaz de sobrevivir a esta cruel enfermedad con éxito.

Desde mi punto de vista personal, tanto los métodos tradicionales como aquellos que surgen en actualidad y no están comprobados por la ciencia, pero constan de la más efectiva propaganda, pueden causar muchos disgustos en vez de evitarlos. La ignorancia de los enfermos y la saturación en la medicina alternativa son las principales causas de que se recurra a alternativas a la medicina, por lo tanto,

es comprensible que existan personas que llevadas por la desesperación accedan a este tipo de tratamientos.