A la hora de hablar sobre el espacio, uno de los tópicos más tratado y que más suscita la atención de las personas son los agujeros negros. Y esto no es sorprendente, sólo tenemos que pensar que en la misma realidad en la que vivimos existe este fenómeno con la capacidad de engullir todo nuestro planeta sin relativa dificultad, para fascinarnos por ello y querer conocer más, pero, ¿sabemos de qué se trata?
Un agujero negro es una región limitada del espacio en cuyo interior existe una concentración de masa tan elevada como para generar un campo gravitatorio, de manera que toda partícula material incluyendo la luz sea atrapada por él. Pese a su nombre, son capaces de emitir radiación, lo cual causa un fenómeno luminoso. Estos fenómenos se forman a partir de una estrella gigante roja, es decir, de 10 a 25 veces la masa del Sol, en la cual tras el agotamiento de su energía o muerte, su fuerza gravitatoria comienza a ejercer fuerza sobre sí misma para dar lugar a una gran masa concentrada en un pequeño volumen. Este proceso da lugar a una estrella enana blanca según el ciclo estelar, sin embargo, si continua, se producirá el colapso del astro por la autoatracción gravitatoria, lo que generará un agujero negro.
Los agujeros negros no son unos posibles extraterrestres cuya existencia está aún por confirmar. El más cercano a nuestro planeta se encuentra a una distancia de 3.000 años luz, lo que puede hacernos sentir seguros por ahora. Además, los astrónomos aseguran la existencia de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, a 26.000 años luz del Sistema Solar.
Si nos encontramos paseando por el espacio, cualquiera podría cometer el error de caminar en un agujero negro. El horizonte de sucesos es el límite exterior del agujero negro, y una vez lo hubiéramos sobrepasado no habría escapatoria. En el interior de este monstruo espacial, nuestro cuerpo se estiraría y tendría lugar una distorsión del tiempo que haría que este pasara más lento que en el exterior. Por ello, es recomendable permanecer alejado
de estos fenómenos, no solo son dolorosos sino que también poco amenos.